“Cuando uno tira el hilo de la memoria van apareciendo episodios que en su tiempo no se querían recordar por seguridad”.
Pedro Lemebel.
I
Hago un mapa para entablar
en secreto una dirección vaga
junto al hongo verde y tramposo del Chuviscar
ahí, mientras los pájaros cantan en los árboles
donde la corriente se mezcla en voces-peces
y de a poco desaparece hasta quedar cercada
especie en peligro de extinción
la raíz familiar
II
un círculo rojo corriendo rojo
donde los facinerosos más sensibles
ya cansados recuerdan los pachucos días
en la vecindad:
Jefa, pseudo de mamá
Papá el de Ulises
Nana, la abuela
tíos primos sin ser consanguínea
no hay religión evidente más el salvajismo
Juan Pablo vende pollitos por dos pesos
para ver los calzones a las niñas
y en el callejón Uranga repleto de putas
los niños corren sus primeros años
III
Te pago a peso el cambio, decía la Güera Acosta
codiciada y piernuda, la más, de todo el putero
y los niños marchaban
porque en aquel entonces dos pesos era capital
y se reconocía con dificultad el oficio
pronto salían los hombres
ya formados los chamacos
cambiando las faldas
y en su inocencia
santifican el agua del pozo:
el sexo de la Güera Acosta
IV
Nouvelle
Escucha el informe de los caídos se centra en la estirpe común para que no corras la misma suerte; la anciana paro respiratorio, no comas tanto maíz; la Güera Acosta, no abras tus piernas pluma; los niños sobredosis disparos tanta faena; escóndete en casa abre un libro prende la tele mejor apágala y escóndete, no vaya ser y termines en el otro bando; escóndete y no tales ese árbol testigo de tu fecundación; no recuerdes sus nombres; así se olvidan su nombres así te vuelves diferente; así recuerdas qué hay bajo este edificio; así recuerdas cómo llegaste a la ciudad y las manos de la Jefa, las de Ulises las de Nana comiendo la tortilla; ¿te das cuenta? cruzaste el muro, pero llevas una hoja seca de aquel árbol y la tomas, así se toma una hoja de árbol así se desmorona la hoja, muerte natural.
V
Nota transnacional:
levantar comercios, plazas
cortar todos los árboles del campo
(donde la revolución colgaba chinos)
el río ya no toca las raíces de los sauces
los niños permanecen en el hoyo negro
un niño viaja a la ciudad y aprende a leer
estuvo en las clases pero no fue educado
los niños permanecen en el hoyo negro
hacer planos de reubicación
mencionar este punto dionisiaco
desaparecerlo
Isabel Ruiz Figueroa. Egresada en la licenciatura de Letras Españolas. Obtuvo el Premio Estatal de Poesía Rogelio Treviño 2018, por parte de la Secretaría de Cultura de Chihuahua por el poemario Medir Ficciones; ganadora de la convocatoria “Soltar las amarras”, del ICM-Chihuahua, con el poemario Elegía Escolar (2019, PECH). Sus textos han sido publicados en diversas antologías impresas y digitales entre ellas Luvina de la UdeG y Allá donde encontramos lo perdido (2020, Editores UACH/ Sangre Ediciones).
Actualmente es docente y forma parte del Colectivo “Facsímil Cultura”.