2017
Papá llegó a casa
No es tan tarde esta vez
aún no se duerme el sol
Esta vez mamá sonríe
cuando él toma su cintura
y la besa con un amor
acendrado de mil años, en donde no hay una
cicatriz en su mejilla
ni un moretón en su omóplato
ni tampoco
una rosa emponzoñada
entre sus entrañas más ocultas
donde podría suponerse
un rosal marchito
Papá llegó a casa
ya tengo un cuarto de siglo
de ver lo mismo
mientras el sol se acuna sobre
el lomo de cerros nublados
Es normal, me digo
Papá y mamá se besan frente a mí
con la dulzura que se reconcentra
todas las tardes, sin perder sus ganas
Pero esa tarde no pasó
esa tarde
la imaginó un niño
Mamá sonríe esta vez
ahora en un espejo del aire
que se quedó varado en mi pecho
hace tanto
de cuando no sabía ni caminar
Mamá nos miente
a mí, a mis hermanas:
Hijos, todo estará bien
Borren esa puerta
aniquilen ese espejo
sequen sus lágrimas
con este palmo de mi pelo
Sientan esta paz de ahora
Mi hermana ahoga su llanto
Mi otra hermana olvida el dolor
Yo pienso que la memoria
es un invento de mal gusto
y lo que pasó, es este verdor
de letras, esta paz de ahora
la imaginación de un niño.
Arturo Diez Gutiérrez. Comunicólogo por la UNAM y maestrante en Literatura Hispanoamericana por la UGTO. Ganador del primer lugar en la categoría de cuento del concurso 51 de la revista Punto de Partida (2020). Ha colaborado en diferentes medios impresos y digitales.
Un comentario sobre “Papá en una tarde cualquiera”