Ingrid Solana imagina desde lo ensayístico y lo poético sus propios ejes para una representación que busca una definición propia sobre lo que entendemos como teatro.
Este libro presenta tres obras disímbolas que discurren en zonas irreales, por momentos delirantes, en donde más que personajes ocurre la máscara como concepto para así aludir a un código de memoria personal, a una apropiación sobre la emergencia social e histórica que busca un cambio de paradigma, así como a un archivo de ideas y conocimiento cifrado que se desenvuelve como un desfile de espectros cuyos discursos buscan hacer conexión con los vivos, ese público que eventualmente existirá dentro de un edificio teatral o tal vez dentro del escenario privado de una cabeza lectora.
Transitar los espacios convocados por este Teatro Manifiesto de Ingrid Solana es acudir al llamado en el que estas voces fantasmales convocan a un cuestionamiento de diversa índole y asimismo nos permite asistir a una búsqueda personal traducida en una declaración de principios, en una confesión consanguínea e incluso al grito que busca romper con un orden preestablecido, aquel en el se fijan los moldes que prefiguran los modos de proceder tanto personales como artísticos.

Verónica Bujeiro