Cerdo feliz entre los cerdos es un libro alegre y melancólico, que aspira, como la buena poesía, a dejar un sobresalto y un asombro en el lector. Rodrigo Círigo ha conseguido en éste, su primer libro, aventurarse por tierras indómitas y carnales. Aquí hay atisbos de Auden, de Cernuda, de Gil de Biedma, de Abigael Bohórquez. Aquí hay una estirpe y una respiración del mundo.
Al leer Cerdo feliz entre los cerdos los lectores nos quedamos deslumbra- dos por la capacidad que tiene Círigo para la construcción de pequeños artefactos con una alta hondura metafísica no exenta de humor. El poeta peruano Mario Montalbetti dice que “el poema es el lugar del desfase entre decir y ver”. En Cerdo feliz entre los cerdos ese desfase es evidente entre cada verso: hay una sensación, mientras la lectura avanza, que la mirada de Círigo es única y envolvente. El poema dice lo que dice, pero también aspira a otra cosa. Nos atrapan las arenas movedizas del poema y nos dejan vueltos otros.

León Plascencia Ño